jueves, 1 de julio de 2010

Y dale con el fútbol!


Y ¡Dale con el Fútbol!…
CUENTOS CON PASIÓN y HUMOR, CORRIENDO DETRÁS DE UNA PELOTA.


VIERNES 02 de JULIO- 20,30 HORAS

FORO CULTURAL UNIVERSITARIO - 9 de Julio 2150

La 3ª propuesta del año tiene por protagonista a la vida, pero emparentada con un balón de futbol, que gira y gira –como la vida misma- y como el juego. Como en el juego: a veces con victorias, a veces con golpes y caídas, pero siempre de la mano de la pasión y la emoción.

El narrador oral Luis “Negro” Martínez será el “relator”, que en cada jugada, abrirá las puertas a los diferentes mundos por los que rodarán las variadas historias, acompañado por el dibujante Sebastián Farias, que además de exponer algunos de sus trabajos, dibujará durante el espectáculo “en un picadito” con el narrador.

La cita es entonces, el próximo viernes 02 de Julio, 20,30 hs. en el FORO CULTURAL de la UNL

Dirección: Marcela Sabio

Entradas Generales: $ 8.- Estudiantes y Jubilados: $ 4.-

miércoles, 15 de julio de 2009

CAMPEON DE AMERICA!!!

FELICITACIONES PINCHA!!!
NUEVO CAMPEÓN DE AMERICA!!!
ORGULLO ARGENTINO.

domingo, 5 de julio de 2009

Velez Campeón!!!


Con gol de Maxi Moralez el “Fortín” derrotó 1 a 0 a Huracán, que llegaba como líder, y terminó en lo más alto.

Este es un humilde homenaje al campeón desde "Lo que el fútbol se llevó"

miércoles, 27 de mayo de 2009

La pena de René

Por Fede Martinez



Por qué te conocí? ¿Cómo fue que te crucé? ¿Quién fue el cruel que nos presentó? ¿Para qué me diste tanto si me dejaste sin nada?
Si yo tenía todo lo que un hombre puede soñar, fama, dinero, mujeres, gloria, ¿qué más podía pedir?
Era ídolo, genio y figura; los niños me adoraban; los padres me creían el hijo perfecto.
Mis fotos en forma de propaganda empapelaron durante mucho tiempo ciudades enteras, hoy de eso ya nadie se acuerda.
No tenía privacidad, siempre los fotógrafos me esperaban en la puerta de mi casona de tres plantas; a mi me gustaba, aceptaba el juego. Autógrafos aquí y allá, presentaciones en todos los programas de fútbol, gambetas, tacos, goles... ¿dónde quedó todo eso? Mejor dicho ¿en qué momento me lo robaste?
Me sedujiste lentamente, dejaste que te envolviera con mis manos, primero fuiste mi amiga, después me hiciste creer que eras la mujer de mi vida siéndome incondicional, siguiéndome a todos lados, de local o visitante, viajando a mi lado, siempre a escondidas.
Nuestro amor era prohibido, no podía ser; pero yo tan enamorado de tu cintura, nunca te pude dejar.Más de una vez te di la espalda, pensando que te podía olvidar, pero vos siempre tan insistente, me hiciste tropezar hasta rendirme a tus pies perdonándote una y otra vez.Atrás me hiciste dejar mis 15 campeonatos ganados en Boca, Racing, Lanús, Inter de Milán, Sevilla y Zaragoza. Mis goles de rabona, las millonarias ventas al exterior y mi conducta intachable me llevaron a jugar con los más grandes de la historia del fútbol internacional. El mundial con la selección, en el que toqué el cielo con las manos cuando convertí el gol de la victoria en la final contra Francia coronándonos así campeones regresando con la ansiada copa que tantas veces nos fue negada.¿Cómo hiciste para destruirme tan pronto?
Por tu culpa me escapaba de la concentración para encontrarte en cualquier esquina, de cualquier calle, de cualquier lugar. ¡Qué fácil era tenerte… qué difícil poder dejarte!¿Te acordás? Por quedarme esa noche entera con vos en el bar de Luigi, al otro día me comí un gol sólo debajo del arco, tenía que empujarla nomás. Me hiciste perder la final de la copa Italia, la que hacía 20 años el Inter no ganaba. Todo por tu culpa, por amanecer abrazados, por regalarme tu cuerpo haciéndome perder los reflejos.
De a poco hiciste que la gente me esquive; ni el club que me vio nacer y al que tantas alegrías le di me aceptó en sus filas; decían que era mal ejemplo. ¿Yo, mal ejemplo? ¿Desde cuándo? Ah sí, desde que te conocí a vos, ¿cuándo más?
Perdí todo lo que tenía, los departamentos de la 9 de Julio, las casas en Palermo, el BMW y el Alfa Romeo que me traje de Europa, ¡todo! ¡Cómo me llevaste a la miseria!Me habías prometido una mejor vida. ¡A mí! A mí que lo tenía todo, ¡cómo me mentiste y qué iluso fui al creerte!Hasta la Silvita se me fue para siempre, llevándose a mi único pibe, no me dejó nada, ni una silla para sentar a mi soledad.
Pero vos estabas contenta, decías que eso iba a afianzar nuestra relación, conseguiste lo que querías, que fuera sólo para vos, todo tuyo. Claro, así ya nadie nos iba a separar, éramos el uno para el otro.
Pero desde hoy dije ¡basta! ¡se terminó! Hasta acá llegó mi amor, no resisto un sólo beso más de tu venenosa boca, esa que me llevaba las gambetas con sus labios. Me dejaste sin vida, gracias a vos todo lo perdí de a poco, no puedo esperar nada de nadie, nada más que me llegue la muerte, a la que me guiaste de tu mano y yo tan estúpido y ciego fui con tal de estar a tu lado. Maldita botella de alcohol, mirá lo que hiciste de mí… ¿No te da pena que muera por ti?






Gracias Jesus y toda la gente del Atlas de Mexico por la buena onda y el empujen que nos dan. http://atlas.com.mx

sábado, 2 de mayo de 2009

Blanca sensibilidad

(por Fede Martinez)



En mi vida he conocido gente que sufre por otras personas, pero nadie ha sentido mis sufrimientos futbolísticos como mi abuela.
Cada vez que me iba a la cancha con mi viejo me decía que iba a hacer fuerzas para que ganara mi equipo y se quedaba escuchando el partido por la radio para sentirse cerca mío. Si ganábamos, apenas entraba a mi casa me recibía con un: ¿Gritaste fuerte los goles? Siempre me preguntaba lo mismo. Y si perdíamos, no me decía nada del tema hasta el otro día que a mí se pasaba un poco la chinche. Ahí recién tocábamos el tema pero muy de oído para no recordar el traspié del día anterior.
La verdad nunca supe cómo hacía, pero ella sabía cuando jugábamos de local o de visitante y si nos transmitían por televisión, estaba al tanto de todo.
Recuerdo muy bien el consuelo que me propinó el día de mi cumpleaños número seis. Esa tarde perdimos la final por el ascenso contra nuestro clásico rival y nos quedamos en la “B”, yo era un mar de lágrimas que no tenía caudal y me resistía a recibir a mis amiguitos que de a uno iban llegando a tomar el chocolate caliente con tostadas (hechas por ella) para supuestamente festejar algo que para mí ya no tenía importancia. Blanquita me abrazaba pero yo no tenía consuelo alguno y sentía sobre mi cabeza como sus lágrimas caían de tanto verme sufrir por ese maldito partido. Lo mismo pasó en el año 1993, tras perder otra final, en éste caso contra Banfield en Córdoba, ese día ella no estaba en mi casa, pero al siguiente apenas llegó la mañana fue a verme para saber cómo me sentía después de otra nueva caída.
Por suerte para los dos, llegó el ansiado y tan querido ascenso a primera división del año 1995, otra vez justo para mi cumpleaños, nada más que el resultado fue distinto y juntos lloramos de felicidad por el logro obtenido.
Siempre pienso y me cuesta entender cómo era que sufría por un sentimiento que quizás ni yo podía explicar. Pero se vé que ella ha sentido lo mismo, porque llegó a hacerse hincha de mi club de tanto seguir mis sufrimientos.Es hasta el día de hoy que yo le hablo ( aunque ya no me escuche ), de los resultados y de la campaña de mi equipo.
Porque sé que ella aunque jamás comprendió el fútbol me seguirá cada domingo desde cualquier lugar en donde se encuentre su pensamiento perdido para sufrir una y otra vez por éste sentimiento que ahora me doy cuenta que fue y será compartido.





"a la memoria de nuestra querida Blankita a un año de su partida"

Fede y Seba

domingo, 19 de abril de 2009

Brilla tu luz para mi

(cuento de futbol) por Fede Martinez. Ilustración Seba Farias





Santiago del Estero, Diciembre de 1981, la llegada del verano se hacía sentir en sus 47 grados a la sombra. El sol rajaba la tierra del monte árido, seco, carente de lluvias, quemándole los piecitos al pequeño Ernesto, que con sólo cuatro añitos jugaba con su amigo imaginario al fútbol, con una pelota de trapo que le había hecho su hermano mayor Alberto antes de partir a la gran ciudad en busca de su sueño.
Hacia allí también se fueron las esperanzas de Doña Olga Vicenta Juárez y la de sus hijos, quiénes se habían quedado junto a ella en la capital del calor; para pelearla juntos, día a día, tratando de llevar algo de comida a la mesa.Beto estaba en las inferiores de Boca Juniors hacía ya tres años. Nadie sabe como fue que lo descubrieron mientras jugaba para Güemes. Aparentemente fue un cazador de talentos el que llevó el dato hacia la Boca, recomendando que se acerquen a verlo, ya que lo había asombrado su calidad para pegarle a la pelota y la frialdad para definir frente al arquero. Aunque, lo que no le había gustado y le llamó la atención era su físico de flaco desgarbado, carente de olla, esa que más de una vez pasó por alto debido a la malaria.
Así y todo quienes vinieron a verlo dieron el visto bueno y se lo llevaron para que viva en La Candela, la pensión de los xeneises.
Varios meses pasaron sin recibir noticias del “flaco del monte” (como lo apodaron sus compañeros de inferiores), lo último que sabían era que andaba cada vez mejor y a un paso de jugar en la reserva.El fin de año traería consigo una carta y con ella el sueño de Beto y toda su familia, ya que en la última fecha debutaría en la primera reemplazando a Miguel Angel Brindisi, lesionado la fecha anterior. ¿Se lo imaginan al pibe de Santiago? Formando dupla con el “mono” Perotti en el ataque o tirando paredes con el genial Diego Armando Maradona.Doña Olga abrazó la carta y con lágrimas en los ojos reunió a sus hijos diciéndoles “hay que matar el cabrito esta noche debuta el Beto y tenemos que festejar; se nos adelantó el regalo del Papá Noel”Las zambas y chacareras no pararon de sonar en la radio que con tanto esfuerzo había comprado Don Omar, los chiquitos cantaban y bailaban mientras terminaban de asar el bicho.Ya reunidos en la mesa y luego de darle las gracias a Dios porque esa noche se comía, arrancó el partido con “el Alberto” dando el puntapié inicial.Por los relatos de Muñoz y los comentarios del “ratón” Ayala, el debutante era el mejor de la cancha. En tanto, en la casa de los Juárez no volaba ni una mosca, salvo cuando lo nombraban al “flaco” ahí era todo algarabía.
Pero como se sabe, las alegrías duran muy poco; en este caso nada más que 35 minutos, justo lo que duró prendida la Spica, la cuál ese día y como nunca se quedó sin pilas. Dejando a una familia entera más aislada que de costumbre. Las velas sobre las mesa parecían llorar en vez de derretirse , “Leguero” el perro más fiel de todos huyó desesperado de bronca al patio de tierra a ladrarle a alguna leyenda. Juan, Jorge y Ernesto se fueron a dormir con mucho dolor en sus almas; Olga quedó sola, juntando los platos y luego de barrer el comedor, tomo su silla y se fue a sentar a la puerta en compañía de la virgen de Lourdes y con la luna y las estrellas atestiguando su penar. Angustiada y a la distancia le pedía por favor perdón a su hijo, no podía perdonarse el olvido de comprar las pilas cuando fue al pueblo, días atrás.
Medio dormida sintió el grito característico de Don Zoilo Verón, que vivía a 100 metros de su rancho.
_¡Gol de Boca carajo! ¡Vamos todavía!
Olga saltó desesperada de sus sueños, corrió como nunca hasta lo de su vecino para saber si lo que había escuchado era cierto, perdiendo en el camino su chancleta derecha. Golpeó las manos y como no salía nadie de la casa preguntó:
_Don Verón, soy la Olga, ¿Fue gol de Boca? ¿Quién lo hizo?
_Si, Sra. Fue gol de Boca; pero no me pregunte quién lo hizo porque cuando lo iban a decir se me apagó la radio, usted sabe que me quedé sin pilas y no tengo de repuesto.
_Deje nomás, no se haga problema ya nos enteraremos, adiós Zoilo.
_Adiós changuita.
Desilusionada, aún más triste y renga se volvió caminando casi sin fuerzas, decidida ahora sí a dormir y esperar a que llegue el día para saber los detalles del partido.
Lo que le llamó verdaderamente la atención y quedó dándole vueltas en la cabeza unos segundos, fue el brillo que tenía esa noche la estrella de Omar; lucía radiante y su luz, que entraba por una de las ventanas del rancho, eran caricias que calmaban su penar.
Junto con el sol de la mañana, llegó otra vez el calor agobiante y los gritos de la Marta, para despertar a la más que cansada Olga de sus sueños...
_Despertate negra dale!
_Pero Martita, ¿estás loca? ¿Qué pasa?
_¡El Beto, Olga, el Beto....!
_¿Qué le pasó a mi hijo? ¡Decime por favor!
_Nada mujer, ¡hizo el gol del triunfo anoche! Ganaron 2 a 1 y fue el héroe, ¡los clasificó para la copa!
La negra, todavía dormida y con la lágrimas en los ojos, esta vez de alegría, entendió mejor lo que había pasado la noche anterior. El grito no había sido de Don Zoilo, era su marido que desde una estrella les avisaba de lo sucedido, para que ella y sus hijos sepan que el dueño de ese gol era su querido hijo Beto.